lunes, 4 de abril de 2011

DEMOCRACIA

A continuación voy a mostrar un texto que realicé para un trabajillo de Filosofía (1ºBACHILLER). El corto poema que expongo al final se puede observar también en este blog, está titulado como: AQUÍ.

          

               - La democracia es un sistema de organización político, el cual basa sus cimientos en la participación de todos los ciudadanos de un Estado en la vida política. Un sistema democrático se caracteriza por mostrar una gran tolerancia entre sus conciudadanos, y un alto grado de indignación hacia aquel que no cumple las normas establecidas por el sistema.

El sistema político vigente en España actualmente es un sistema democrático, mediante el cual el pueblo español, es decir, cada uno de los ciudadanos de España, está representado. Esa representación no es directa, sino que es representativa, es decir, el conjunto de ciudadanos elige una serie de representantes para que gobiernen sobre el pueblo en representación del mismo.

Según mi punto de vista personal, la democracia intenta imitar la perfección mediante la creación de una sociedad igualitaria que no discierna entre sus ciudadanos basando siempre sus actuaciones en un respeto total.

La teoría es preciosa, pero en verdad me pregunto por qué y cómo los hombres somos capaces de modificar y envenenar tal esencia, pura de sentimiento compartido de libertad. La democracia, como cualquier otro tipo de sistema político degenera con el paso del tiempo, y cuando parece que ha llegado a su clímax o mayor punto de desarrollo, es cuando está en mayor decadencia de principios.

En mi Zaragoza natal he sido testigo de tal degeneración, tal vez involuntaria y fortuita, pero real, siempre hablando desde mi punto de vista. Pondré como ejemplo el siguiente: cuando el tranvía no era más que un mero proyecto, y se barajaba la posibilidad de su instalación en Zaragoza, se discutía sobre qué era más imprescindible para sus ciudadanos una vía Norte-Sur, una vía Este-Oeste, un conjunto de vías que uniera diferentes puntos de Zaragoza….el tranvía no es imprescindible, tenemos otros servicios de transporte público que pueden cubrir nuestras necesidades. Bien es verdad, que el tranvía es una opción progresista y que fija metas a largo plazo, pero en el futuro inmediato, y más aún viendo la falta de liquidez de una gran parte de la población, que ha sufrido el despido y que vive y come gracias al paro en el mejor de los casos, no era necesario. Por ejemplo, vístanse por un instante de zaragozano, domicilio ambulante en Zaragoza, profesión: ninguna. Ahora vivís en la calle, no tenéis familia ni oficio, habéis oído a un matrimonio hablar sobre el posible presupuesto que se ha determinado para hacer posible el sueño del tranvía: tú solo has oído millones, y aún desconociendo la cifra, te has exaltado. Pero tú sigues igual, malvives como puedes, no sabes qué habrá mañana, no sabes nada del futuro…Solo has pensado en la posibilidad de que se haya podido invertir tal cantidad de dinero, que nunca verás, y tú sigas igual. Solo por un momento, pensaste en que iban a invertir todo ese dinero en una casa de acogida gigantesca o en desarrollar una obra social que llegue a los grupos de población más afectados y reprimidos por la crisis, sintiéndote aludido, o tal vez inviertan ese dinero en hacer una empresa pública con gran demanda, no lo sé…tal vez se hayan olvidado de mí, y de ti. Ya no se piensa en la igualdad absoluta, en las condiciones de vida, solo se mencionan cuando no se sufren “en propias carnes” y de una forma metafórica y utópica, hemos perdido nuestros valores fundamentales.


Para finalizar esta redacción he querido poner estos versos, que creo que definen muy bien el valor que considero indispensable en una democracia:




A pie de calle
 muchos verás...
y apartarás la vista.

Dirás pobre desgraciado.
Mas nunca piensas
si tú,
sin familia y sin oficio quedaras.

NO LO SÉ


Tal era la fragancia de su piel
que dude entre amor y amistad,
mas la estupidez de mi dignidad
apartó mis ojos de la dulce miel
siempre tentativa,
hija de la pasión.
Maté la tentación
aunque siguió siendo provocativa.

No es su boca
sino su tacto,
el cual desboca
mi alma al primer contacto.

Podréis tacharme de inmaduro
o de idiota y cabezudo.

Te ignoré,
mas has de saber que:
yo, zaragozano,
y como a mi patrón San Valero
yo, te quiero.
No seas y no seré perro de hortelano.